Buenos días, soy Urnito.
Estamos mis padres y yo de vacaciones en la playa. Ya llevamos una semana y yo me aburro mucho. La playa está bien pero como no conozco a nadie no tengo con quien jugar. Me baño un poco, hago algún castillo y … no sé qué más hacer. Así que me dedico el resto del día a observar a mis padres y a todos los que me rodean. No sé porqué pero los niños de doce años si no hacemos ruido nos convertimos en invisibles.
Yo me imagino que tengo la capa de Harry Potter y me dedico a espiarles.
Es increíble, pero os aseguro que en la vida de los mayores siempre ocurren cosas, cosas que parecen super importantes.
Por ejemplo, el otro día venían mis tíos Yoli y Santi de Madrid. Se iban a quedar unos días y a mis padres se les ocurrió salir a comer fuera para celebrarlo.
Estaban decidiendo a qué restaurante ir mientras yo con mi capa de invisivilidad les escuchaba. No se ponían de acuerdo. Mi padre quería comer paella otra vez!!! le encantan, eso es verdad. Mi madre, que es más moderna, quería ir a un alemán porque le gusta mucho el chucrú o como se diga. Al final decidieron preguntar a mis tíos para desempatar.
Yo, con mi capa, seguí a mi madre. Se fue a escodidas de mi padre, a hablar con mi tía Yoli. Le dijo que si decía alemán como ella quería se quedaría con la abuela en Navidad. Mi tía, que no es tonta, le dijo que sí pero que además se quedaría con ella hasta después de reyes.
Fui a ver a mi padre y resulta que estaba hablando con mi tío Santi. Le ofrecía ir a comer paella como si fuera lo mejor del mundo. Yo creo que mi tío se aprovechó de él porque le dijo que perfecto pero a cambio de ir al día siguiente a jugar al tenis.
Yo me quedé pensando… pues al final mis padres van a tener que hacer cosas que no quieren y seguimos sin saber dónde iremos a comer.
Mi sorpresa fue muy grande cuando vi a mis tíos hablando a solas. Ellos por supuesto no me veían. Mi tía le ofrecía un canal de fútbol en la tele si íbamos al alemán y mi tío, aprovechando la ocasión, aceptó a cambio de librarse de ir de compras al centro comercial.
Sí, ya se que los niños no pintamos nada. Nos dicen muchas veces que somos lo más importante de la casa, que todo lo hacen por nosotros pero al final no cuentan con lo que queremos. Ellos son los que mandan.
A mi, para celebrar algo, lo que más me gusta son las hamburguesas. Además traen juguetes de regalo.
Los mayores son muy, muy raros. Me da la sensación de que todos iban a hacer cosas que no les gustaban sólo por llevar la razón e ir donde querían.
Al final no sé ni dónde comeré. Eso si es que se acuerdan de llevarme.
Texo: Luis Ortega / Imágenes: Sergio Peral
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