Todos Juntos (cuento)

«Todos juntos»

Hola, buenos días, soy Urnito.

Sí, sé que no hace mucho os he escrito, pero os echaba de menos y me apetecía contaros algunas cosas. Sé que me leéis y os lo agradezco. Eso me anima a seguir haciéndolo. Lo último que quiero es no aburriros con mis cosas de niño.

Eh, se me ocurre una idea. ¿Por qué no me contáis alguno de vuestros problemas y los cuento por aquí? Sería una buena idea para saber que somos muchos y nos podríamos ayudar.

El otro día, por ejemplo, conocí en el barrio a un chico la verdad que muy majo. Estuvimos un buen rato hablando. Venía de otro país, creo que de África.
Me contó una historia muy triste. Os la resumo… Sin saber el cómo o el porqué sus padres lo metieron en una barca mar adentro. Terminó encerrado en una isla y de ahí a un avión con rumbo desconocido. Ahora está en mi barrio, sin saber qué hacer, sin conocer a nadie, sin entender nada, sin amigos. ¡Y lo mismo cualquier día lo mandan a otro sitio!

Encima, según me contó, la gente de aquí ni se acerca a él. No le habla nadie. Por favor, ¡si no ha hecho nada malo! Sí, es un poco más oscuro, no se le entiende bien y sus ropas no están muy allá. Pero de verdad, es muy divertido y tiene una sonrisa tan grande que uno no puede dejar de mirarla.
No sé porqué le sacaron de allí ni porqué le abandonaron aquí. Quien lo hizo seguro que no era muy buena persona. Yo me imagino lejos de mi casa, del pueblo, de mis abuelos y de Lici y me moriría.

Así que por mi parte intentaré quedar con él todas las tardes para jugar un rato en el parque. Y además voy a juntar un grupo en el cole para pedir que lo admitan en nuestra clase. Tiene mi edad y yo puedo ayudarle con los deberes. No sé si será posible porque hoy en día parece que todo está prohibido o mejor dicho «no permitido» pero yo lo voy a intentar.

En pocos días junté un pequeño grupo en el cole, solo cuatro amigos. Fuimos al parque a jugar con él y están de acuerdo conmigo.
También se lo conté a Lici. Se quedó callada y pensando. Yo creí que me iba a poner alguna pega pero seguía sin hablar.
Cuando ya me estaba poniendo nervioso empezó a soltar: «Algunos de quinto se niegan a ir al gimnasio si no arreglan las espalderas. Otros de sexto no harán trabajos mientras no haya material en el laboratorio. Varias clases del colegio de enfrente no acuden a extraescolares porque no ponen calefacción. Un montón de niños se han borrado de comedor porque la comida es mala y poca y otros tantos de la biblioteca porque los libros son pocos y viejos…»

Yo la tuve que parar. ¿Qué tiene que ver todo eso con lo que le contaba? ¿Se había vuelto loca? ¿Qué me quería decir con todo eso?

Me contó que, de alguna forma que todavía no entiendo muy bien, todos los problemas estaban relacionados. Si hablábamos con ellos y pedíamos lo mismo para todos y lo hacíamos juntos y a la vez, nos sería mucho más fácil conseguirlo. Es más, al vernos se apuntaría más gente.
No sé… ¿Qué opináis vosotros? Tengo mucho que pensar sobre ello. Lo mismo llamo a mi abuelo a ver qué opina.

Ya os iré contando.

Texto: Luis Ortega Rodríguez

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Comentarios

Una respuesta a «Todos Juntos (cuento)»

  1. Avatar de José Manuel
    José Manuel

    Urnito ya intuye que «la unión hace la fuerza», supongo que es lo que le dirá su abuelo cuando lo hablé con él.

    La sabiduría popular se transfiere desde los que peinamos canas a los nietos.

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