Médicos del corazón (cuento)

«Médicos del corazón»

Hola, buenos días, soy Urnito.

Vengo de la calle, de dar un paseo, y estoy súper contento.
¿No os ha pasado nunca que sin saber cómo ni porqué os notáis llenos de energía y felices? Pudiera ser por el sol o porque los días van creciendo… O por el calorcito suave y la brisa ligera en el rostro, que resulta maravilloso….

En realidad no sé porqué será ya que mi vida sigue igual que siempre. En unas cosas mejor y en otras peor pero igual. De hecho algunas veces me pasa todo lo contrario. Sin comerlo ni beberlo me siento fatal y no veo más que cosas malas.
Qué jaleo, ¿verdad?

Sólo soy un niño de 12 años pero me doy cuenta de muchas cosas y además soy muy curioso, me gusta investigar. Con este tema me pica la curiosidad desde hace tiempo y he preguntado en alguna ocasión.

El profe de religión nos contó algo del alma, eso sí que es un follón…. Una cosa que es tu pero distinta a ti. Por lo visto se mete en tu cuerpo al nacer como los demonios de las pelis.
En valores me hablaron del corazón. Por lo visto ahí se encuentran los sentimientos y algo llamado la inteligencia emocional.
En ciencias me contaron del cerebro… Nos distingue de los animales y nos hace inteligentes. Bueno, no a todos 🙂

Os estaréis preguntando por qué os cuento todo esto, ¿verdad? Es sencillo. En los últimos días estoy preocupado por gente a la que quiero mucho.

Mi madre, por ejemplo, lleva días triste y quejándose por todo… Dice que se ve mayor y con más kilos. No se gusta y eso que es la mami más guapa que existe. Pero ella sólo tiene ganas de llorar.
Mi padre está todo el día corriendo de un lado para otro. No tiene tiempo libre. Siempre de reuniones, enfadado y nervioso.

Y Lici… Siempre tan fuerte y alegre… Me la he encontrado ya varias veces sentada a solas, triste y con lágrimas en los ojos. He hablado con ella. Me dice que no sabe lo que la pasa pero nota que no tiene energía para seguir… ¡¡Con lo que es ella!! ¿Es o no es para preocuparse?
Yo no supe qué hacer ni que decir. Sólo se me ocurrió darle un abrazo en silencio y terminamos llorando juntos. Menuda ayuda soy 😦

Por más que he preguntado e investigado no sé de dónde viene todo esto. No sé si somos un demonio, corazón o cabeza. Lo que estoy seguro es de que muy a menudo esto que somos se coge una especie de catarro y te pone la vida patas arriba.

¿No hay médicos para curar estas cosas? Yo cuando tengo fiebre voy con mi madre al médico y me curan. Y esto, ¿por qué no?

¿No hay médicos del corazón? ¿Y si los hay por qué la gente no va? Me parece que es algo muy, muy importante.

No sé vosotros pero yo quiero ver a los míos felices.
¿Se os ocurre algo?

Yo ya os iré contando….

Texto: Luis Ortega Rodríguez

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