Peticiones (cuento)

«Peticiones»

Hola, buenos días, soy Urnito.

El curso va avanzando y el invierno terminando. Dentro de poco serán los carnavales, que ganas de algo divertido.
El finde pasado fue especial. Nos fuimos a pasarlo a casa de los abuelos. Me encanta cuidar de los animales, darles de comer y ponerles agua. Una de las ovejas, La Pinta, me sigue a todos los lados y come de mi mano. Es preciosa.
Además tuve la suerte de ver nacer a un cordero. Fue un momento muy raro y especial. No sé muy bien cómo explicarlo pero se me soltaban las lágrimas.

Sé que en el fondo no era una visita normal. La verdad es que en casa faltaban muchas cosas de verduras, carne y todo eso. Y en las tiendas, por lo visto, no hay de nada. Mis padres decidieron ir al pueblo ya que mis abuelos gracias al huerto y a los animales tienen de todo. Hubo bronca, como siempre, pero a pesar de ello volvimos con el maletero lleno de conservas y congelados. Por fin podremos comer cosas ricas!!

Aunque acabo agotado me encanta el campo. Yo de mayor quiero vivir allí.

En el viaje de vuelta tardamos muchísimo en llegar. Según decían en la radio unos malvados tractoristas habían cortado la carretera. Si esa gente es como mi Abu dudo mucho que sean malvados. Sus razones tendrán.
Yo aproveché el viaje para pensar en mis cosas… Estoy muy harto de que no me tengan en cuenta a la hora de decidir las cosas importantes de la casa. Las vacaciones, las clases extras, las horas en que puedo salir de casa, la comida que se hace, mi paga convertida en ayudita, el parque donde salgo a jugar… Y mil cosas más. ¿No es esto una democasa? Entonces, ¿por qué ni se me pregunta?
Pensé que iba a empezar a suspender aposta y a no hacer las cosas de casa hasta que me hicieran caso en todo eso.
El lunes se lo comenté a Lici en el patio y lo estuvimos hablando. Esta chica siempre tiene grandes ideas. Me contó que ella había hecho varias veces cosas parecidas y que si pedía tantas cosas me prometerían una o dos y luego, una vez pasado todo, seguramente ni me lo darían. Debía pensar en pedir una o dos cosas, las más importantes.

Han pasado unos días y he llegado a la conclusión de que sí, voy a hacerlo. Estoy harto. Y voy a pedir sólo una cosa sencilla y clara. Participar en las decisiones que me afecten de alguna manera. De esta forma conseguiría todo lo demás a la vez!!

No sé, a vosotros qué os parece? Pido una grande y me arriesgo o pido muchas pequeñas y puede que alguna me den?
A ver cómo resulta todo.
Ya os iré contando.

Texto: Luis Ortega Rodríguez

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