Camiones (cuento)

«Camiones»

Hola, buenos días, soy Urnito.

Espero que estéis bien, de verdad. Estoy preocupado. Hoy voy directo al asunto, lo sé, pero es que pasan tantas cosas que no quiero aburriros…

Yo sólo soy un niño de 12 años. Bueno, casi 13, falta poco para mí cumple. Casi nadie me tiene en cuenta por mi edad. No me importa. Es más, no hace mucho yo mismo tampoco lo haría. Vivía feliz mi vida con mi cole, mi novia, mis libros y mis juguetes. Pero no sé si fue por empezar a escribiros, por cómo es Lici o por todo lo que me enseña mi abuelo pero he cambiado. Ahora me fijo mucho en todo. Las cosas grandes son importantes pero los detalles pequeños lo son incluso más. Me fijo y además dedico tiempo a pensar en lo que veo aunque muchas veces no lo entienda. El que no me tengan en cuenta también ayuda a la hora de poder estar en todos los sitios, es mi capa de la invisibilidad 🙂
Os cuento algunas de estas cosas a ver si vosotros podéis ayudarme.

El otro fin de semana íbamos a ir de excursión. Yo estaba de lo más contento pero al final me llevé un gran chasco. Mi padre me dijo que no podría ser porque la gasolina que quedaba en el coche no se podía gastar. Yo me ofrecí a poner algo para comprar algún litro pero por lo visto es que a las gasolineras no se lo llevan y están vacías. Yo al principio no lo creí pero ahora lo dudo.

Han empezado a faltar muchas cosas en casa. El pan y el embutido de mis bocatas, papel higiénico, bolsas de basura etc. Y parece que últimamente repetimos mucho las comidas. Todo es arroz y pasta pero cada vez con menos carne y menos verduras. He preguntado a mi madre que cuándo se podría hacer la compra y me ha contado que el super está vacío y que no le llevan los productos. Primero pensé que era una excusa, ahora no sé…

Cuando voy y vengo del colegio me he dado cuenta de que los contenedores de basura están llenos y la gente empieza a dejarla alrededor. Todo está asqueroso y huele fatal. Intentando recordar… Hace varios días que no veo los camiones de la basura, no sé.

Nos mandaron un trabajo en clase y necesitaba unas cartulinas y rotus. Mi madre me dio el dinero pero no pude comprarlo. Fui a la librería del barrio y no le quedaba, me dijeron que no sabían lo que tardarían en traerlo. Pero es que fui al chino y además de que tampoco tenían, la tienda estaba casi vacía!!

Ayer, al volver del cole, tardé muchísimo en llegar a casa. Tengo que cruzar una calle muy grande y estaba cortada. Había una caravana interminable de camiones gigantescos rodeados de carteles enormes. Andaban super despacio y tocaban sus bocinas haciendo un ruido tremendo. Tardé dos horas en poder cruzar pero me encantó verlos, la verdad es que son preciosos y me gustaría subir en alguno y tocar el claxon. También llegué un poco triste porque me pareció que no estaban muy bien. Parecían preocupados unos y enfadados otros.

Dando vueltas a todo… No sé qué pensar, la verdad. Hay algo que no entiendo o que se me escapa. O no me cuentan todo o no me dicen la verdad… ¿Vosotros me podéis ayudar?
El caso es que tengo la sensación de que algo gordísimo va a pasar ya que todo el mundo parece que tiene problemas serios, muy, muy serios.
Por eso mi preocupación del principio. Espero que todos estéis bien y que nos sigamos viendo por aquí.

Yo os iré contando.

Texto: Luis Ortega Rodríguez

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