ACCIONES (cuento)

ACCIONES

Hola, buenos días, soy Urnito.

Lo primero es pediros perdón por haber estado tanto tiempo lejos de vosotros. Me quedé muy triste después de los resultados en la elección de delegado. Triste y sin ganas de nada. Fue mucho el esfuerzo y el interés que puse en intentar solucionar esa injusticia tan grande y darme cuenta de lo poco que le importa a los que la sufren o lo fácilmente que se dejan convencer. Me dejó muy desilusionado. ¡Y encima el único castigado fui yo!.
Pero bueno… han pasado muchas cosas y he conocido a gente que me ha ayudado a pensar y a tomarme las cosas más tranquilamente. Os cuento…

El otro fin de semana mis padres se iban de viaje. «Necesitaban tomarse un tiempo». Es decir, querían estar unos días sin mi, como si les viera mucho normalmente. Para que no me quedara solo me mandaron con Bárbara, una tía que tengo a la que no suelo ver porque mis padres discuten mucho con ella. La llaman «la rara» no se porqué. No me apetecía mucho ya que a mi me gusta estar en mi casa con mis libros y mis juguetes pero en otra gran muestra de democasa no me quedó otro remedio que aguantarme. A ver cuándo me toca a mi tomarme un fin de semana libre de ellos y me voy a ver a mis abuelos… 🙂

Como os iba diciendo, es que me pierdo, son tantas cosas… me dejaron en casa de mi tía. No se el porqué de «rara» ya que fue muy simpática conmigo aunque no para de hablar y de hacer cosas. A las pocas horas de estar allí me dijo que nos íbamos a hacer unas «acciones en la calle». Yo no tenía ni idea de a qué se refería y me explicó que se juntaban un grupo de amigos para salir a la calle y hablar con la gente para explicarles que si no puedes elegir al que manda la persona que pongan al mando hará lo que le de la gana y nunca lo que tú necesitas. No se esperaba que yo lo entendiera pero lo hice al instante ya que es exactamente lo que me pasó en el cole con los delegados de clase.

Llegamos a una plaza y me presentó a un montón de gente. Pusieron una pancarta con unas frases muy raras y una pizarra preguntando algo sobre la democracia. Yo me quedé a un lado mirando cómo hablaban con todos los que pasaban. Parecían pasarlo muy bien. Incluso ayudé dando unos papeles de publicidad a todos los que escribían algo en la pizarra.
Después nos fuimos a una terraza y tomando un refresco pude hablar con un señor mayor que me recordaba mucho a mi abuelo. José Manuel creo que se llama. Me daba mucha confianza ya que me trataba como una persona normal y no como a un niño. Le conté todo lo que me había pasado en el cole y me dijo unas cuantas cosas que no se me van a olvidar.

«Cuando uno lucha por una causa es bueno plantearse si el objetivo es justo, si el fin justifica los medios, si el coste y el esfuerzo de la lucha es mayor o menor que el beneficio a conseguir… Las dificultades y contrariedades que encontramos en cada batalla sirven para revisar nuestros motivos y las fuerzas que tenemos, replantear estrategias, buscar fuerzas de repuesto… sobre todo cuando el enemigo a batir es inmensamente superior»

No lo entendí del todo muy bien pero me lo apunté para leerlo tranquilamente y comprenderlo. Me gustó mucho y me da para pensar en bastantes cosas.
Lo primero es que estoy de vuelta, sea como sea, pienso seguir mi camino y mi manera de andarlo.

Ahora puede que esté solo pero voy a buscar alguna unión que me haga fuerte. Si no la encuentro en mi clase seguro que hay más gente como yo en otras clases o en otros colegios… Las «acciones en la calle» de mi tía me han enseñado que podrá ser difícil pero que si buscas bien encuentras a esas personas.

Ya os iré contando porque seguro que me ocurren cosas que contar. ¡Nos vemos!

Texto: Luis Ortega Rodríguez

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