¿Se han preguntado ustedes porqué tenemos este sistema de elección en España y no otro? ¿Porqué los votos en unas provincias valen más que otros? ¿Porqué unos partidos con menos votos tienen más diputados que otros con los mismos o más votos?
Para entender este hecho tan particular que se da en España hay que remontarse a los inicios de la Transición, que ya empezaba a diseñarse como Transacción en los últimos gobiernos de Franco y primero de la Monarquía.
Hace pocos días Fernando Suárez, uno de los hombres claves de este periodo de la Historia de España, que jugó un papel importante en la derecha española, primero Alianza Popular y luego Partido Popular, ha publicado un libro y a raíz de su publicación ha sido invitado a algunas entrevistas en periódicos y cadenas de Radio. (1)
Fernando Suárez fue vicepresidente del gobierno y ministro de trabajo con Franco y nos sirve como memoria y testimonio de un tiempo, privilegiado y extraordinario que ilustra el periodo de la historia que hemos llamado Transición.
Al final fue vicepresidente del gobierno en el momento de la muerte del general Franco y ministro de trabajo.
Lo primero que menciona en esta entrevistas es el debate sobre el proyecto de Ley para la Reforma Política que se planteó los días 16, 17 y 18 de noviembre de 1976 (2), donde se plantea la disyuntiva entre el sistema proporcional o el sistema mayoritario.
Citando el diario de sesiones, hace referencia a la intervención de Cruz Martínez Esteruelas en nombre de Alianza Popular, y califica como “discurso antológico contra el sistema proporcional. Un discurso que he leído hoy demuestra su visión del futuro, porque están contados todos los defectos, todos los inconvenientes que iba a tener, todos los resultados que iba a tener. Que las listas serían cerradas, que los líderes de los partidos harían las listas, que por lo tanto el Congreso obedecería exclusivamente a los líderes del partido y no a los electores. Una decisión absoluta”.
Quizá merezca un comentario a parte este discurso para intentar comprender la mentalidad de la época y a qué llamaban Democracia y Estado de Derecho los ponentes de la “Comisión de Leyes Fundamentales y Presidencia de Gobierno” encargada de la presentación y el debate de dicho proyecto de ley.
Fernando Suárez explica la decisión tomada por el sistema proporcional vigente hoy en España, hace una revelación en este video como testigo directo y miembro del equipo de gobierno: “en aquel momento el gobierno de Adolfo Suárez se había comprometido con la oposición a que el sistema de elección fuera el Proporcional. ¿Por qué? Porque si el sistema era mayoritario y las primeras elecciones las ganaba el franquismo, como las tenía que ganar, porque no había otra manera, pues entonces no entraba la izquierda en el juego. Y si las primeras oposiciones, hipotéticamente, las hubiera ganado la izquierda, hubiera sido una cierta revolución”.
¡Más claro el agua!
La intención de los políticos de entonces era obtener un “retrato de la sociedad española tal
como era. ¿Cuántos liberales hay? ¿Cuántos democristianos hay? ¿Cuántos falangistas hay? Lo que fuera.” (3)
En ningún momento se concibió el sistema para “representar” y dar fuerza a la voluntad popular sino para obtener una fotografía sociológica de una sociedad más o menos informada políticamente. Fruto de esa elección, quienes medirían su fuerza serían los partidos que entraban a formar parte del sistema, cada uno con su cuota de poder obtenida gracias a los votos.
Lo que pocos españoles saben es que ese sistema electoral estaba integrado en una Ley Electoral que se realizaba sólo para las primeras elecciones generales del 15 de junio de 1977, según declara en esta entrevista D. Ferenando.
¿Entonces por qué no cambiaron posteriormente el sistema electoral?
Los partidos comprobaron que con ese tipo de elecciones nadie pierde, todos ganan. Por tanto, según el propio F. Suárez “los líderes de los partidos se dieron cuenta del poder que eso les daba y la consagraron (la Ley Electoral) ya definitivamente. De modo que, aunque la ley dice en su preámbulo que es provisional, pues ahí está reiterada y mantenida como una de las cosas más firmes de la vida española”.
Independientemente de las opiniones del autor sobre los sistemas electorales, los hechos que relata en esta entrevista sobre el sistema electoral proporcional merecen tenerse en cuenta para que cada uno considere si su voto individual tiene algún tipo de valor político.
Que cada uno considere si los políticos pretendían que el voto sirviese para defender los intereses de los votantes y sus propias convicciones o, por el contrario, el voto no tenía otro valor que el de otorgar un cheque en blanco a organizaciones que considerase representativas, que no representantes, con mayor o menor fuerza para que defendiesen durante una legislatura los intereses que ellas mismas tuviesen.
Que cada uno explique, si es capaz, la forma en que una institución gobernada y dirigida por una cúpula puede defender intereses e ideales de quienes le han concedido un aval sin condiciones, sobre todo si dichos intereses e ideales entran en colisión con los propios de la institución depositaria de una confianza que sólo se da en un acto político como el del voto. No hay confianza parecida ni en el mundo familiar, social o civil que no se considere un acto de demencia o, en el mejor de los casos, una imprudencia temeraria.
José Manuel Vidal
Relacionado: El Proyecto de Ley para la Reforma Política
(1) Los textos entrecomillados pertenecen a la entrevista realizada por el diario el Debate
(2) Texto recogido en Diario de Sesiones de la Legislatura 1971-1977. Pleno 16-11-1976. DSP Nº 29 (de 1 a 208).
(3) Ley 1/1977, de 4 de enero, para la Reforma Política, publicado en el «BOE» núm. 4, de 5 de enero de 1977, páginas 170 a 171 (2 págs.)
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