Desfaciendo entuertos en la ciudad de Alonso y Sancho

Alcalá de Henares, domingo 29 de noviembre.

Una vez más los Poderes públicos convocan a miles de personas para ver D. Juan Tenorio al aire libre, lo importante es mantener al “Gran Público” entretenido con versiones modernas del “Pan y Circo”, mientras cabalgamos imparables hacia el desmoronamiento de la Nación y el empobrecimiento galopante de la población. Desconozco cual fue la respuesta.

Alcalá de Henares

Unos pocos convocados en otro lugar y a otra hora a la consabida “Acción Informativa” semanal promovida por la Delegación de Madrid de la Junta Democrática de España.

Una pancarta, una pizarra y octavillas informativas pagadas por los propios asociados, sin “tirar de presupuesto público”, son el material físico. La fuerza de voluntad y la dedicación de los seis o siete asociados son los recursos humanos que se emplean voluntariamente en la tarea. 

El primero que aparece antes de desplegar la pancarta y mientras la colocamos es un señor que no volvería a cumplir los 75 años. Empieza haciendo preguntas incisivas, hasta que dice “yo no voté la constitución y para el referéndum anterior que convocó Franco promoví la abstención”, era la primera vez que lo veíamos.

Nos cuenta abiertamente “yo soy de los vuestros sólo quería saber cómo respondíais”, enseguida se puso a hablar con los viandantes con la autoridad que le daba toda una experiencia vivida y la coherencia de su actividad política desde la Dictadura.  
Da gusto ir a Alcalá porque la gente pasea tranquilamente, se interesa, escucha, opina y habla con bastante educación. Señores mayores, el primero con el que hablé fue una persona de la edad de mi madre, más de 90 años que se despidió deseándonos suerte, que al mismo tiempo sería la suya, porque lo ideal es tener una Democracia en España.

Uno tras otro aparecía y se detenía, personas de Cuba, Venezuela, Argentina, EEUU, España… normal en una ciudad cosmopolita como es la Complutense.
Hay quien pasa por delante y, al leer la pancarta, dice “no”, o mueve el dedo índice de un lado a otro haciendo el gesto negativo. Otros, los menos, se atreven a decir “sí” y el argumento es: “porque votamos”.  
Si son pocos los que dicen que hay democracia ¿Porqué luego hay una participación tan alta en las votaciones?

La única explicación que me viene a la mente es que hemos llegado a tal punto de polarización y a tal necesidad de reafirmación de nuestras ideas que preferimos no hablar o expresarnos cuando detectamos a alguien que se sale de nuestra “cámara de eco”, con lo que impedimos todo diálogo posible y toda capacidad de reflexión.  

La respuesta y la participación en la “encuesta” que hacemos fue significativa también en ese día.

José Manuel Vidal Villacampa

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