Quitar al TON

Lo primero echar al TON…

Ayer un titular de un periódico decía: Feijóo llama a una «gran movilización» para echar a un PSOE que ya no es un «partido de Estado». No he podido leer mucho más porque ya no pago por leer lo que pasa por ser prensa, pero se ha convertido en propaganda.

Celebración PP

¿En serio? ¿Esto es un motivo para ir a votar?
Parece que para muchos sí.
Incluso me he encontrado a personas con estudios y gran cultura que me han dicho abiertamente y sin rubor: lo primero es echar a …… después ya se verá. Todo parecía indicar que ese será su voto en conciencia, y una conciencia bien formada.
Los procesos de formación de las conciencias son muy misteriosos y los resultados mucho más, como personas libres e irrepetibles cada una tenemos una voz interior y a ella estamos obligados a seguir si queremos ser coherentes. Por eso, en el mejor de los casos, se habla de votar en conciencia.
No entro aquí en otro tipo de motivaciones para votar: el miedo, el interés, la rabia, la indignación, la moda… Quizá sean los motivos que mueven más masas, pero yo no soy capaz de analizar las implicaciones de cada uno.


Es humano el votar cuando se está en grupo para tomar una decisión que “obligue” a todos por mayoría. Por eso encontramos votaciones ya desde la Antigüedad pasando por la Edad Media, hasta nuestros días. Es bastante ilustrativo seguir la evolución y las vicisitudes de las votaciones y para qué se han utilizado en las sociedades humanas, aunque no es objeto de este artículo.
Para realizar un acto racional al echar la papeleta en una urna en España tenemos que saber dar respuestas a preguntas como las siguientes


⦁ ¿Para qué votar hoy en día?
⦁ ¿Votamos para elegir?
⦁ ¿Cuándo votamos qué elegimos?
⦁ ¿Qué hacer si lo que votamos nos defrauda?


Si uno no es capaz de responderse esas preguntas y otras parecidas ir a votar no se diferencia mucho de ir a un partido de futbol sin que te guste el futbol, o ver una corrida de toros sin entender nada de tauromaquia. No deja de convertirse uno en un Vicente que va donde va la gente.
Desde la racionalidad y la conciencia yo me pregunto ¿Qué motivos hay para que alguien vote en España todavía?


⦁ Si sabes que sólo refrendas una lista de tipos que ha elegido un jefe a quien le deben pleitesía
⦁ Si pueden hacer lo que les dé la gana lo hayan prometido o no, e incluso puedan “cambiar de opinión” una vez que han obtenido el poder

Vota si
Vota No

⦁ Si los legisladores no legislan que les dan todo legislado para que voten lo que una “mano amiga” les dice que tienen que votar
⦁ Si quien manda en el Gobierno no lo elige el votante sino los que iban en las listas votadas y han sacado escaño
⦁ Si quienes tienen que juzgar a los políticos son elegidos por los propios políticos
⦁ Si quien entra en el sistema para intentar cambiarlo termina con los mismos modos de proceder corruptos de este sistema
⦁ Si…

No encuentro otra explicación que la del dicho ancestral que reza “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” ¿Ustedes tienen alguna otra explicación?
Cuarenta y cinco años del “más vale malo conocido” nos han llevado a una situación cada vez peor. No ha sido porque los que han venido sean peores que los anteriores solamente, sino porque han sumado sus propios males a los desastres ocasionados por quienes les precedieron.
¿Tenemos que seguir todavía aplicando el “más vale malo conocido”?
Haré caso a un amigo que me pregunta una y otra vez ¿Cuál es la solución? Y yo, una y otra vez le digo ¡Rebelarse, decir basta! No sólo con palabras sino con hechos.
Unirse a otros que quieran “lo bueno por conocer”, que estén dispuestos a implicarse y luchar, en una lucha pacífica y no violenta eso sí, que nos carga de razones y legitimidad ante la hipocresía, las injusticias, los abusos, las mentiras, y la corrupción del poder político que cada día da una vuelta de tuerca para estrangular nuestra libertad.
¿Cómo? Articulando la sociedad civil, atenta a las injerencias del poder, apoyando movimientos ciudadanos que exijan explicaciones a quienes todos pagamos con nuestros impuestos que ellos mismos se encargan de imponer, incluso haciéndonos pagar dos y tres veces por el mismo servicio que ellos no nos proporcionan en absoluto.

teatro de máscaras



Dejando de colaborar de una vez, como ciudadanos conscientes y libres, en todas las mascaradas que el poder se inventa. Ya sean votaciones para no elegir nada, autohomenajes e inauguraciones, ya sean entrevistas masaje de medios de propaganda que pagan con nuestro dinero. Evitemos los enfrentamientos a los que nos quieren llevar día sí y día también, haciendo una representación inversa de ellos por nosotros ante nuestros amigos, parientes y conocidos, cuando debería ser al revés: ellos nos deberían representar a nosotros


¡La creatividad al poder!


¿Soy poco concreto diciendo que no vayamos a votar?
¿Es más concreto ir a votar y dar un cheque en blanco al dueño de una lista de partido sin poder reclamar después?

José Manuel Vidal Villacampa

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