El lunes día 15 de enero, un grupo de ciudadanos, de entre los que habitualmente protestan en Ferraz contra el Gobierno de Sánchez, se fueron a llevar una carta al Rey.
¡Ya no se fían ni del servicio de Correos!
No se dan cuenta de que el Rey es un engranaje más de la partitocracia de este R78, uno más de los que viven de nuestros impuestos.
Felipe VI llegó a ser Rey porque su padre, el Emérito, fue una pieza clave del régimen franquista, que en connivencia con partidos y otras fuerzas más telúricas, contribuyó sustancialmente para darnos gato por liebre y colarnos la partitocracia en la que ahora vivimos.
En la primera copia de la Constitución Española, refrendada por el Rey Emérito, aún continuaba el escudo con el Águila de San Juan y el Yugo y las Flechas adoptado por Franco para su dictadura.
Ni que decir tiene que no ha llegado Felipe a ser rey por derechos dinásticos, sino porque su padre fue nombrado rey por un dictador, ya que de otro modo habría sido Don Juan quien realmente continuaba la dinastía, pero era algo que no interesaba. Es decir, fue un rey impuesto.
Volviendo al tema de la carta. Se entrega una carta a un Rey que vive de nuestros impuestos, al igual que lo hacen los políticos, pero al menos su padre tenía influencias en el ejército, donde muchos le podían seguir a ciegas… Por eso le respetaban los políticos y eso es lo que creo que le falta al de ahora: nuestro rey no creo que tenga el apoyo del ejército, no al menos de ese modo. Hay que recordar lo que hizo su padre en su momento para que verdaderamente creyéramos en que esto era una «democracia»: se sacó de la manga un golpe de estado.
Felipe está en la cuerda floja con Pedro y sus compinches, pero su reinado es el pilar en el que se sustenta el R78. Por lo tanto, si Sánchez y los suyos se lo «cepillan», el resto de los partidos probablemente no harían nada más que lo acostumbrado, es decir, un nuevo acto de nuestro particular circo partitocrático.
Si el Rey saca al ejército a defenderse de estos políticos que nos dirigen, que no olvidemos que la sociedad cree que han sido elegidos, pero que muchos ya sabemos que no elegimos nada en este sistema, se destaparía el “tinglado”. Así que la única posibilidad para con Felipe es que este gobierno cambie la Constitución, y declare otra Forma de Estado como si de una decisión de la nación se tratase.
Los medios de comunicación utilizarán esa carta para seguir manteniéndonos sumisos. El Rey, ni puede, y lo más importante, no quiere hacer nada. Si lo destronan, probablemente se marcará una huida como la de su padre y listo, pero la pasta se la lleva.
Sólo mediante la unión de la sociedad civil, sin ideologías, sin partidos, solamente así la nación podrá recuperar este país. Lo demás es circo, y más circo. Que si ahora me voy a Ferraz y me quejo del sanchismo, etc. Pero hemos de recordar que hay gente que vive en comunidades gobernadas por la «derecha» y que se quejan igualmente de sus gobernantes, que de la misma forma que pasa con los que gobiernan el país: disponen del dinero que a los ciudadanos tanto nos cuesta ganar y que a disgusto les «entregamos» con los impuestos para que luego ellos mismos lo distribuyan a placer entre sus paguitas, sus amiguetes colocados a dedo en chiringuitos inútiles, y esas cosas tan suyas, sin asignar nada del mismo para lo que realmente lo estamos aportando, sanidad, educación, carreteras, servicios públicos, etc., y es que precisamente la sanidad y la educación son competencias de las CCAA. Así que una vez más queda demostrado que no es Sanchismo, es simple y llanamente partitocracia. Una partitocracia que de un tiempo a esta parte se ha vuelto más sinvergüenza de lo que jamás ha sido, y por eso está resultando tan evidente para que muchos lleven días saliendo a protestar a las calles.
Señoras y señores, a ver si nos enteramos de una vez que a los únicos a los que les importan nuestras vidas son a nosotros, la masa, la sociedad civil, porque ningún político desde un escaño jamás hará nada de nada para salvarnos, y eso deja fuera a cualquier nuevo partido con «buenas intenciones», ya porque sin escaño no son nada, y con él, entran en el primer grupo.
Sólo el pueblo salva al pueblo.
Bárbara Hdez.
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